La frenética vida de Lady GaGa conlleva un ir y venir de prendas a cuál más sorprendente. Por ello su armario debe ser un camión lleno de maquillaje de circo, plataformas imposibles y gafas estridentes. Y es que es cierto que, para mantenerse en el pódium de las divas, ya no sólo sirve cantar, sino también escenificar, y ella lo entiende al dedillo.
El último vestido que la ha acompañado por Singapur (después de vestirse de oso panda en Japón y de paso llamar "perra" a Britney Spears) ha sido digno de dibujos animados. Y eso es porque la peluca, de un color verde azulado, se alzaba sobre su cabeza al estilo Marge Simpson y hasta Cruela De vil. La peluca era considerable, pues podía medir fácilmente más de 40 centímetros. El conjunto se completaba con unas plataformas enormes y un vestido de corte geométrico.
Y sin ir más lejos, uno de los proveedores de vestidos de Lady GaGa está afincado en nuestra capital, Madrid, desde donde Assad Awad, de origen libanés, cose algunas de las prendas más controvertidas del momento. La confección se basa en materiales reciclados y fabricados todos a mano.
La última adquisición de la cantante ha sido un arnés que se expone en el taller y que tiene un precio de 350 euros.
